sábado, 4 de octubre de 2014

La imagen y la palabra

  El poder de la palabra


Desde el origen de la humanidad la palabra ha sido el medio para alcanzar el conocimiento.Ya en la Antigua Grecia, en el siglo V a.C. el filósofo Sócrates se valía de ella, a través del diálogo, para hallar la verdad. Él mismo afirmaba que sin el diálogo no se podía alcanzar el conocimiento, y decía diálogo, ya que en ningún momento consideró que el conocimiento se pudiera transmitir a través del monólogo de un sofista, que transmitiese a sus alumnos sus conocimientos sin permitirles mostrarse críticos con ellos. En este aspecto entra también la duda; Sócrates afirmaba que el conocimiento se consigue cuando el alumno muestra una actitud crítica con lo que el profesor le transmite, sin recibir los conocimientos de forma pasiva, si no que debe cuestionarse cualquier tema que se le plantea, considerando por qué es así, y por qué no puede ser de otra manera.

El debate entre la palabra y la imagen


La palabra siempre ha significado el poder. Esto puede verse en cualquier civilización, y más aún en nuestra sociedad, en la que a través de la democracia los jefes de estado deben ser escogidos por los ciudadanos, y para ello se valen de la palabra a través de discursos políticos, conferencias y debates para ganarse el favor del público. Sin embargo, en este tema me gustaría resaltar un ejemplo que ocurrió en los años sesenta, en el primer debate televisado entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos: Jhon F. Kennedy y Richard Nixon. En este debate sucedió el curioso caso de que los ciudadanos que siguieron el programa a través de la televisión vieron a Kennedy como el claro ganador del debate, mientras que aquellos que lo escucharon por la radio consideraron a Richard Nixon como el candidato más apropiado.

Este extraño caso sucedió por lo siguiente: Richard Nixon, aún convaleciente de una lesión en la rodilla, y agotado por el intenso trabajo realizado para la candidatura los días previos al debate, se presentó en el plató con un aspecto fatigado y enfermizo; además, se negó a usar el maquillaje habitualmente empleado en la televisión para que la iluminación no afecte al rostro. Kennedy, por el contrario, presentó un aspecto mucho más saludable, con un rostro maquillado que le dio un aura de perfección a los que lo vieron por la televisión, frente al aspecto negativo que presentaba Nixon. En este caso queda claro que, aunque las palabras empleadas por Richard Nixon en el debate fueron más adecuadas para los ciudadanos que no pudieron ver los rostros, el favor del público se le terminó por conceder a Kennedy, debido, sobretodo a la imagen que este presentó, frente a la imagen de Richard Nixon.

Este poder de la imagen frente a la palabra es un fenómeno muy presente en el ámbito audiovisual, en el que suele cobrar mayor importancia el director que el guionista, ya que el QUE se cuenta no tiene tanta importancia como el COMO se cuenta; es decir, como se transmite este guión, o idea, a través de las imágenes; ya que en muchos casos, la imagen puede significar más que las palabras. 


El libro de Eli: la palabra como arma

Me gustaría mencionar la película El Libro de Eli (dirigida por Albert Hguhes en 2010)como un claro ejemplo del poder de la palabra. La película recrea un mundo decadente, en el que los hombres han extinguido la mayor parte de los recursos de la tierra debido a sus constantes guerras. El planeta se ha convertido en un desierto en el que la humanidad se divide en tribus que luchan entre ellas para robar y saquear los pocas raciones de agua y comida que quedan. En medio de todo esto, un hombre solitario recorre el desierto acompañado de un único libro: la biblia. 

La existencia de este libro llega pronto a los oídos del jefe de una tribu, que ve en él un arma de persuasión, que hará que el resto de tribus y familias se unan a él, prometiéndoles esperanza en medio de tanta pobreza. Así pretende dominarlos con las palabras de la biblia, como ya ocurrió siglos antes. Entra en juego una lucha de poderes, que tienen como principal motivo el poder de las palabras y el uso de ellas para los distintos fines. 









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