jueves, 18 de diciembre de 2014

Johannes Vermeer en la televisión

La Lechera

He escogido el cuadro de La lechera, la obra de Johannes Vermeer, imitado en el anuncio de Nestle , que se ha convertido ya en un signo de la marca: 



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https://www.youtube.com/watch?v=LHWqlIh_mik

El anuncio recuerda al cuadro de La lechera , del pintor holandés Johannes Vermeer. Se trata de un óleo sobre lienzo perteneciente al movimiento del Barroco, cuya fecha aproximada es del 1660 o 1661, no se le puede otorgar una datación exacta. 

Esta imitación del cuadro está hecha a propósito, para conferir al producto que presenta el anuncio La lechera Dalky de Nestle, una imagen de alimento tradicional, de elaboración casera. Se muestra a la lechera elaborando este postre del mismo modo que el cuadro representa a la mujer preparando un desayuno tradicional a base de leche y bollos de pan. El spot publicitario imita la iluminación y el encuadre de la obra de forma practicamente idéntica, para que el espectador reconozca el cuadro en el anuncio y se refuerce así la imagen de la marca en su memoria. Además, la marca tiene el mismo nombre que se le concedió al cuadro en castellano: La lechera. 

Al tratarse de un alimento, una manera ideal para promocionarlo en la televisión es evocando a un entorno de elaboración casera y tradicional, en el que el cocinero cocina el postre con mimo y cuidado, poniéndole amor y detalle. De esta forma suelen hacerlo también los anuncios de pizzas o productos rústicos, que muestran un entorno familiar, en el que los productos se cocinan con herramientas tradicionales como hornos de piedra, etc. Aunque el espectador sabe que los productos que venden estas grandes empresas de consumo no están elaborados de esta forma, es una manera de que les entre por la vista con eficacia. En el caso de la Lechera, la imagen tradicional que imita al cuadro de Vermeer viene acompañada de una música clásica dulce y suave que refuerza el ambiente del "hogar", a la vez que enseña como el postre se va elaborando lentamente y con cuidado.
  


Este fotograma del anuncio es practicamente idéntico al cuadro de la Lechera de Johannes Vermeer. No solo en la postura de la cocinera, sino practicamente en todos los aspectos: la iluminación, con tonos cálidos que transmiten comodidad y júbilo al espectador,  los objetos que acompañan a la cocinera: el cesto, el pan, etc. Incluso en el color de la fotografía se puede apreciar una edición posterior con la intención de conferirle a la imagen un tono similar al de las pinturas del cuadro. 

La única diferencia a tener en cuenta respecto a la obra original es el encuadre del fotograma: la obra original tiene un encuadre de proporciones 46cm x 41 cm, es claramente vertical, mientras que el fotograma del anuncio es horizontal, algo comprensible, ya que es para la televisión. Sin embargo este cambio de encuadre sí que pesa en la percepción del espectador: presenta a la cocinera como un elemento más del entorno, con un tamaño muy reducido respecto a la obra del pintor holandés , que la muestra de forma mucho más centrada y predominante en el encuadre. 

Otra diferencia ,aunque sea poco considerable, es el añadido de las franjas de luz del sol que entran por la ventana en el fotograma del anuncio. Estas franjas no aparecen en el caso del cuadro de la lechera, y ayudan a crear una atmósfera más acogedora en la imagen. 

Quitando estos detalles, el anuncio calca a la perfección el cuadro del pintor Johannes Vermeer, y se ha convertido en un símbolo de identidad de la marca La lechera de Nestle para el público en general.   

viernes, 5 de diciembre de 2014

El día de la bestia



El día de la bestia es una película de humor negro escrita y dirigida por Álex de la Iglesia en 1995. Cuenta la historia de un sacerdote llamado Ángel Berriatúa que descubre un mensaje secreto del Apocalípsis de San Juan Evangelista, en el que se interpreta que el anticristo nacerá el 25 de Diciembre de 1995, para dar comienzo al fin del mundo. 

Ángel pretende hacerse pasar por un discípulo satánico, realizando rituales y todo tipo de crímenes, para así entrar en comunión con el demonio y descubrir dónde nacerá el anticristo y evitar el apocalipsis. En una tienda de discos satánicos conoce a José María, el joven dependiente aficcionado a las artes oscuras, que a partir de ese momento lo seguirá en su búsqueda del anticristo. Los dos compañeros deciden pedir la ayuda del vidente Cavan, una celebridad de la televisión, conocido por realizar rituales para comunicarse con otros mundos en directo. Convencidos de que estos rituales son reales, arrastran al vidente contra su voluntad hacia la búsqueda del demonio. Así, los tres hombres comienzan la búsqueda del anticristo comunicándose con el infierno con el objetivo de descubrir el lugar de nacimiento y evitar la llegada del mal a la tierra, dando muerte a la criatura. 

Esta película está compuesta de símbolos practicamente de principio a fin. Ya desde el principio el nombre del protagonista, Ángel, evoca a un símbolo claro de la religión cristiana, que considera a los ángeles representaciones del bien y la fuerza ,encargados de luchar contra el mal para alejarlo de los hombres. Ese mismo papel es el que desempeña el sacerdote protagonista; un hombre de intención pura que vela por la humanidad para salvarla del demonio. Así también su compañero José María, si bien su aspecto y su personalidad son contrarios a la religión cristiana, su nombre alude al sacerdote fundador del Opus Dei: Jose María de Balaguer, una figura muy fuerte del cristianismo. Así también el símbolo del diablo, que finalmente consiguen descubrir los tres compañeros, se relaciona directamente con las torres KIO, conocidas como las puertas de Europa y sedes de Caja Madrid (en 1995) y Realia, una empresa inmobiliaría. De esta relación de símbolos puede descifrarse en la película que las torres KIO, como sede del banco CajaMadrid simbolizan el mal; una crítica de la película al poder de los bancos y al capitalismo. Además, en el momento en que Cavan señala a las torres KIO como lugar de nacimiento del anticristo, puede verse a una pareja de gitanos llevando una cabra, que van a guarecerse entre las dos torres. Esta pareja, en realidad busca un refugio para dar a luz a un niño que más tarde se descubrirá que es el anticristo. Este nacimiento recuerda a los pasajes de la Biblia, que narran como José y la Virgen María se internaron en un establo para dar a luz al Mesías. Es decir, el demonio imita el nacimiento de Dios para burlarse de él, como señala el sacerdote Ángel; sin embargo, al tratarse del hijo del diablo, las figuras del buey y el burro son sustituídas por la cabra, que es uno de símbolos del diablo reconocidos en la religión cristiana. Así también se puede ver la relación de los tres reyes magos, que acuden al  mesías con ofrendas poco después de su nacimiento, representados en la película  por los tres protagonistas, que llegan al portal poco después de nacer el anticristo.


                                  Fotograma de la película que muestra a las torres KIO como símbolo del diablo

En esta imagen  puede verse la estrella fugaz como adorno navideño que simboliza la estrella que guía a los protagonistas hasta el nacimiento; tal como guió a los tres reyes magos

 Por otra parte, la película mantiene una constante crítica al fascismo criminal vigente en esa época, simbolizado por cuatro hombres bien vestidos que en varias escenas aparecen cometiendo agresiones brutales a mendigos y deshauciados que viven en la calle, ya sea con palizas o incluso prendiéndoles fuego. Estos cuatro personajes son siempre los mismos, y están presentes a lo largo de toda la película, apareciendo constantemente en segundo plano (en el interior de callejones, en parques,etc.) dando caza a los indigentes.

Otro símbolo, más difícil de ver en la película, es la relación de dos de sus protagonistas Ángel y Cavan, que crea un paralelismo  con la obra de cultura nacional de Miguel de Cervantes El Quijote de la Mancha. La relación de estos dos protagonistas es practicamente idéntica a la que mantienen el Quijote y Sancho Panza, siendo Ángel el hidalgo y Cavan el escudero: al principio de su relación, Cavan toma a Ángel como un loco desdichado que imagina cosas y continuamente intenta hacerle entrar en razón, negando sus teorías sobre el nacimiento del Anticristo, al igual que hizo Sancho con el hidalgo. Sin embargo, y como ocurre en la obra de El Quijote de la Mancha, en un punto de la película se invierten los papeles, y es Ángel el que deja de creer en las profecías que al comienzo aseguraba haber descubierto; al contrario que Cavan, que considera las señales que el sacerdote le ha ayudado a ver como una prueba irrefutable de que las profecías son ciertas, y alienta a Ángel a continuar en la búsqueda del anticristo; un punto de inflexión similar al de la obra de Cervantes.